Nuestra historia

El Origen 1940 – 1958

Nuestra historia comienza en el año 1911 cuando en la calle Artero, en el seno de una familia de agricultores nacía Blas Muñoz García de la Rosa en la localidad toledana de Noblejas.

De joven trabajó como mozo de reparto de vinos con su tío Lucio, para posteriormente comprar su propio camión, donde se forjó un futuro en lo que a lo postre fue su pasión: el mundo del vino.

La Guerra Civil fue un trágico acontecimiento que no hizo decaer el espíritu emprendedor de Blas y en 1940, con más ilusión que medios, propone a su tío Lucio asociarse para crear una bodega, que acabaría siendo el germen de Bodegas Artero.

Tras unas primeras reticencias, Lucio es arrastrado por su sobrino a formar la nueva sociedad a la que se unen otros dos familiares y que acabaría conociéndose como la Bodega de Los Lucios.

Desde sus orígenes, nuestro propósito es que las personas disfruten del consumo de vino con responsabilidad y moderación, y lo hacemos sustentados en tres pilares básicos, pasión por nuestro trabajo, excelencia y combinación de tradición e innovación.

Blas Muñoz

La transición 1958 – 1977

Los años transcurren y el negocio crece de la mano de Blas que, con las ideas muy claras, encabeza un proyecto basado en dos principios inquebrantables: calidad y honestidad.

Pero los sueños de Blas no han sido del todo colmados. A pesar de liderar una bodega consolidada y valorada, quería dar continuidad a su trayectoria con un proyecto personal que trascendiese más allá de su generación.

Es así como a finales de los 50 decide iniciar la construcción de su propia bodega y comienza a adquirir pequeñas fincas que iría plantando de viñedo.

En 1963, con la nueva bodega ya en marcha, entra en liza la segunda generación de la mano de Bienvenido Muñoz Crespo que se siente atraído por la bodega y decide acompañar a su padre en su andadura.

Con el profundo conocimiento del mundo del vino de Blas y el empuje juvenil de Bienvenido, la bodega se desarrolla no solo en su zona, sino que aumenta el radio de acción a otras regiones, especialmente en la cornisa cantábrica.

La consolidación 1977 – 1998

El tiempo no pasa en valde y Blas va cediendo el testigo a Bienvenido que con el oficio aprendido y con los mismos valores que le ha legado su Padre, coge el timón de la Bodega y se anticipa lo que va a ser el futuro del sector.

La bodega sigue creciendo, pero el mundo está cambiando. Bienvenido, consciente de estos retos, y con una personalidad muy creativa, lleva a cabo una profunda transformación de la Bodega, modernizando tanto el viñedo como las instalaciones de elaboración.

Es pionero en la introducción en la región de variedades de uva y sistemas de conducción entonces desconocidos pero que estaban destinados a forjar un nuevo modelo basado en la calidad.

No quedaron ahí los proyectos y, aprovechando la nueva coyuntura, comienza con la exportación de vinos a Europa, donde en los años siguientes consolida la misma imagen de calidad y honestidad que antes se había forjado su Padre en el mercado nacional.

Bienvenido Muñoz (padre)

Bienvenido Muñoz (hijo)

La tercera generación 1998 …

E l mercado comienza a ser global y el mundo del vino no es ajeno a estos cambios. Bienvenido, conocedor de este panorama, empuja a sus hijos a formarse para afrontar las nuevas realidades.

En los albores del nuevo milenio se incorpora la tercera generación. Lo hace como había hecho Blas con Bienvenido, confiando en él y enseñándole el oficio de toda una vida.

Con la tercera generación llegan Bienve y Pilar y con ellos, nuevos conocimientos e ideas. Bienve aporta su formación como ingeniero agrónomo y trabaja desde el viñedo hasta la bodega para dar forma a la nueva gama de vinos que Pilar se encarga de posicionar en el mercado. Muchas cosas son distintas a como lo hacía su abuelo, pero en el fondo la filosofía es la misma: pasión, calidad y combinación de innovación y tradición.

En el fondo las tres generaciones están unidas en un mismo proyecto más allá de los años transcurridos. En cada botella hay mucho trabajo, pasión y sobre todo el legado familiar.